Los problemas mandibulares se presentan por causas variadas o una combinación de factores, que van desde realizar oclusiones no naturales y problemas de mordida, hasta traumatismos; estos factores se traducen en sensibilidad que puede estar presente en varias zonas faciales, a los lados de la cabeza e inclusive extenderse hasta el oído y el cuello.


Otros de los efectos de este tipo de problemas son el dolor, hinchazón o inflamación que genera la tensión muscular en la zona. Cuando sientes dolor o molestias en la mandíbula, se manifiesta algún tipo de trastorno de la articulación temporomandibular (por sus siglas, ATM). Padecer de este trastorno afecta tanto el rango de movimiento de tu mandíbula como su funcionamiento, impidiendo que tengas una vida normal.


Para prevenir la aparición de este trastorno te damos las siguientes recomendaciones:


- Cuida tu dieta incluyendo alimentos blandos.

- Evita rechinar o apretar los dientes.

- No realices movimientos amplios de la mandíbula como bostezos grandes.

- No mastiques chicles u objetos como bolígrafos, ni te muerdas el labio.

- Intenta no comer alimentos que requieran una masticación muy prolongada para evitar cansar la quijada.

- Cuida tu posición de descanso de la mandíbula, la cual siempre debe ser manteniendo los labios y dientes juntos, y la lengua completa pegada al paladar.

- Realiza masajes suaves o estiramientos.

- Aplica compresas calientes o frías.

- Aprende a manejar el estrés.


En caso de problemas recurrentes o por traumatismo, acude con el especialista y realiza todas las indicaciones pertinentes para la óptima recuperación de tu padecimiento.


Recuerda que la presencia de síntomas de dolor, sonidos y/o dificultad para abrir la boca o masticar, pueden ser indicio de alguna patología articular o mandibular que debe ser diagnosticada y debidamente tratada por un cirujano maxilofacial.